no, no y no

Me niego rotundamente a hacerme el estudio que me mandó la neumonóloga porque a. hace mucho calor para subirme al desgraciado 106, donde siento que la vida se me pasa, y me obliga a pensar más de la cuenta, y b. porque me rehuso a pisar el Triángulo (escaleno) de las Bermudas en enero (léase: Microcentro/Congreso/Caballito al sur, que a veces a cierta altura del año se transforma en un rombo medio deforme e incluye un Caballito al norte).

Tengo un serio conflicto con y durante el mes de enero.
Muy serio. En serio.

todo sobre mi madre

Nos ponemos a mirar un documental de arquitectura mesoamericana en National Geographic con la señora que protagoniza este post.
De repente se suceden recreaciones de rituales teotihuacanos: "Eran mitad humanos y mitad animales estos" (los teotihuacanos, claro está).

morning blues

Me tomo mi tazón de café a las 9.30 am, bajo la palmera, respirando ese olor a tierra húmeda que deja una noche de lluvia de verano, y el cielo azuuuuuuul clarito, que en algún momento me hace acordar al de la mañana de agosto en Tilcara. Pero enseguida choco mi vista con los edificios y vuelvo a la Capital. No son cerros de colores, son monstruitos de cemento con ventanas y balcones para que la gente que los habita respire y se asolee un par de horas. Enero en la ciudad.

Y los gatos felices me muestran todas las cosas que hacen a esa hora en el jardín de mi casa, y me aprovechan a lo loco. No es común que comparta la mañana con ellos. A veces me acompañan en el desayuno pero en la cocina, es que Mavi siempre está apurada.