el día después

Así como existe la famosa pildora del día después, debería existir algún tipo de droga para eliminar las secuelas de los feriados de este estilo.
Al margen de que cuesta demasiaaado arrancar, parece que la semana santa deja olor a pescado en la gente.
Como en estos días soy pobre, viajo en bondi común. Y loco, que baranda a marisco que había ahí arriba! Ojo, no atribuyo el olor al bondi común, nonono, yo no soy así. Pero como va arrebatadísimo de individuos, el hacinamiento lleva a eso: a que uno le preste más atención a las cosas que le molestan. Los olores feos por ejemplo.
Aunque sisi señores, hay ventajas: el recambio del pasaje es más fluído, entonces no estás en un callejón sin salida, como pasaría hoy a las 8 a.m. en el topísimo semirápido por autopista. Porque ellos seguro que también comieron pescados y el combo explosivo reemplazaría fish + Impulse y/o Axe por fish + Diavolo de Antonio Banderas y/o Paula Cahen D'Anvers (porque si te tomás el 86 por autopista tampoco da para andar así por la vida oliendo todo el tiempo a Ralph o Armani, a mí puede que sí porque I looove it, pero a muchos de los demás seguro que no). Entonces no sería un bondi topísimo; se limitaría a una categoría top, y hasta por ahí nomás.

(feliz cumple a Papucho aunque no lea este tipo de sitios, pff).